Un día con Anelis.com, esto es así.

Muchos días, hoy podría ser un ejemplo, nos sentamos frente al ordenador y nos dejamos los ojos literalmente pegados en la pantalla revisando código, intentando comprender por qué este script no funciona en el navegador X o en el Y. En otras ocasiones los ojos se quedan incrustados entre las paletas de Photoshop o Fireworks intentando llegar a esa excelencia que busca el cliente. Sea como sea, Anelis siempre se ha jactado de ser ultraprofesional (que es ser más que profesional). No, no preocuparos, esta no va a ser una entrada autopromocional como las de otros blogs, no. Esta entrada pretende ser una autoreflexión del medio en el que nos movemos y amamos.

Un Lunes cualquiera nos reencontramos en las oficinas, nos envuelve la música de la radio, el teléfono comienza a sonar tímidamente , nos evadimos en los proyectos que llevamos a cabo. Sólo el sonido rítimico del teclear y los clics de ratones inundan los espacios sin música de los 40. Nada parece importar más allá de ese código o ese diseño… y aparecen los inconvenientes. Eso no funciona, no gusta, no sugiere o no cabe. Lo que sea. Un problema, una solución. Ultraporfesionales, recuerden.

Y de repente un silencio. Una palabra malsonante al aire. Algo que no funciona. Una mirada de asombro en el otro extremo de la oficina y decidimos mirar el reloj (en el PC por supuesto). ¡Cielos, han pasado ya tres horas!. Nos jugamos a suertes quien baja a la cafetería y sube rápidamente para que, café en mano, podamos continuar creando y resolviendo.  Tic tic tic tac sigue sonando el teclado al escribir instrucciones para la administración de las webs de un cliente, o un correo, o unas notas personales sobre esto o aquello. Vuelve a sonar la misma canción en la radio. Un número uno parece ser. Nuestro pie se mueve al ritmo que marcan los ochos de la radio y no los bits de nuestras pantallas. Es curioso el disacionismo de nuestros pies en este tipo de cosas.

Guardar como, Exportar, Su USB puede funcionar más rápidamente, son diálogos que mantenemos con nuestros equipos. Nuestras pantallas se llenan de ventanas; una de pruebas, un ejemplo de esto o aquello, dos imágenes, las pestañas de X o Y… sólo vemos nuestro fondo de pantalla de Homer Simpson (o Scarlet Johansson 😀 ) a las 9 de la mañana y a las 19.30 de la tarde. Mientras tanto la música sigue sonando.

Hola, sí ¿qué tal?- … – Claro, claro, lo entiendo- …- ajá, ajá, ajá- … – ok, no te preocupes, lo anoto y ahora luego busco un hueco y te miro eso- …- nada hombre, es un cambio pequeño, no te preocupes, en un ratito lo podremos tener- …- igualmente. Hasta luego.

No es un problema ni un incoveniente, es nuestro trabajo. Cambios sobre los cambios. No es que esté mal, es que todo se puede acercar a la perfección un poco más. No es problema alguno, para eso estamos aquí. Nuestros pies siguen a su propio ritmo de Pop comercial.

Una pequeña pausa para reponer fuerzas. Las pantallas de nuestros ordenadores parecen congelarse hasta nuestra vuelta. Aún albergamos ciertas esperanzas de que durante nuestra ausencia el trabajo se haya resuelto solo. ¿No son inteligentes los ordenadores? ¿Cuanto queda para que se invente Skynet y los terminators?  ¿Si hace niebla es que le están cambiando la RAM a Matrix?… sí, el humor es algo que nos suele acompañar en una jornada como la de hoy.

Se acerca la hora de salir. Hacemos un repaso, apuntamos lo que nos queda colgado para mañana, recogemos un poco la mesa (sólo algunos). Copia de seguridad, apagamos la radio y.. a la calle.

Nuestros pies siguen a ritmo de los Black Eyes Pies. Nuestra cabeza se desconecta poco a poco. Una cerveza, los amigos, la pareja, un partido de esto o de aquello, el gym… lo que sea. Mañana nos espera más código, más llamadas, más PSDs,… y la misma música.

Esto es así. Ya nos conoce mejor.